cuento

Sueño de una noche de invierno…
Ese día todo parecía muy inverosímil, me había levantado como todas las mañanas de mi vida, y todo parecía estar en su sitio, pero algo en el aire me decía no. Era una sensación de irrealidad, como esas películas, donde las imágenes en algunas escenas pasan rápidamente, y en otras escenas pasan demasiado lentas. Así comenzó mi día.

Todo parecía normal, era el mismo lugar de siempre, era la misma rutina de todo los días. Nada estaba fuera de sitio en ese universo de mi existencia, de mi mundo. Pero algo pasó, ese muchacho que tantas veces había visto pasar, del cual no sabía el nombre, pero que podía describir hasta el último detalle de su cuerpo; sus ojos azules profundo, su piel blanquísima, esa mirada ajena al mundo, y el revoltijo de sus cabellos oscuros. Allí estaba sentado en el mismo banco de esa plaza, charlando conmigo…

Era varios años mayor, y era tal cual lo había imaginado, soñador, frágil, varonil, pero también fuerte y seguro. Su vos tenia el tono exacto que supuse que tendría y sus palabras sonabas y significaban lo que yo quería.

Y en un rápido cambio de escenas, ahí estaba, en su habitación, en un remolino de emociones, sin medir las consecuencias, haciéndome desnudar por aquel hombre. Que me apretaba con sus fuertes brazos, y atraía hacía su cuerpo, y la sangre que me ardía dentro del cuerpo. Con mis pezones duros, y sus caricias sobre ellos, y luego su lengua jugando con mi ombligo y bajando suavemente hasta mis labios; para después subir hasta mirarme directamente a los ojos, atravesándome. En todo aquel vértigo, deseo, éxtasis hasta perder la respiración, deseando estar más y mas cerca, deseando que estuviera dentro de mi cada vez más. Y la presión aumentaba, apretándome contra él; y ahí, entrando dentro de mí, mientras mis labios susurran palabras en sus oídos, que después se convierten en besos en su cuello. Subordinándome a él, con su pene dentro de mí, acabando dentro de mí, acabando conmigo, envuelta en esa vorágine de sensaciones inefables...

Abrazados, cómplices, secreteando, si pudor, sin vergüenza, libres mirándonos a los ojos, sin necesidad de palabras complicadas. Durmiéndome entre sus brazos, que me mantenían a nuestros cuerpos sudorosos y desnudos juntos. Durmiéndome con él, en su habitación, en su vida. Todo era demasiado irreal.
Para despertarme en mí cuarto. Supe entonces, que no había ningún él, esta no era su habitación sino la mía, y ese hombre no existía, no estaba allí. Era solo el sueño de una noche de invierno…


YA NO (by Idea Vilariño)
Ya no será.
Ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré al irme.
Nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber por qué
ni cómo nunca
ni si era verdad
lo que dijiste que era
ni quién fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya no soy más que yo
para siempre y tú ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir

Comentarios

Danilo Gatti dijo…
hola ines
como va
rompi el exilio
y escribi algo
mi flog y blog te esperan
gracias por tu post en mi flog el dia de mi cumpleaños
nunca digas nunca...decia faivel el ratoncito valiente,ja
bue ya delire

Entradas populares