Generación Y

Soy chica para ser grande y grande para ser chica. Las reuniones con los amigos cambiaron, las charlas y las preocupaciones de ahora son otras, los amores son menos hormonales pero más peligrosos ya que implican otro compromiso. Nuestra ropa, nuestras salidas, nuestra música, todo cambia paso a paso según transitamos estos tiempos. El ruido y la excesiva gente en los lugares te molestan, al igual que las cosas que cuando eras más chico (y no hace tanto tiempo) solías hacer. Hay momentos en el día en que pensas en “lo lindo que seria tener un hijo”, quizás porque nos estamos preparando para el futuro o porque estamos locas. Pero todas esas cosas están pasando sobre nosotros. También aparecen nuestras preocupaciones económicas, ya llegaste a un punto en que te da vergüenza pedir plata a tus papás, pero no conseguís trabajo, o si trabajas no te recibís más. Y cuando te recibas, de qué vas a vivir??? Si probablemente no consigas trabajo igual o termines en un trabajo para el cual estas sobrecalificado. No es extraño que te hagas planteos sobre qué vas a hacer con tu vida?, qué queres hacer ahora?, qué sentís que sos? o que, esto es demasiado aburrido para ser verdad!!!!???. La respuesta recurrente en casi todos los casos es “no se”.
Pensaba en la película “Generación X”, siento como que estamos en el mismo punto del tiempo en que ellos están, claro que nuestras prioridades y nuestra realidad es diferente a las de esos chicos de la clase media norteamericana que nacieron en los ’70, y que vivieron su adolescencia en los ’80. Chicos tristes, nihilistas, con planteos existencialistas, con los acordes tristes de Radiohead, Sonic Youth, Morfina, Nirvana o Pixies [WHERE IS MY MIND??]. Y que sin duda el símbolo más representativo de los ’90 y de esa generación fue Kurt Cobain.
Pero a veces, a esta edad no estamos tan lejos de esto, de las escenas de la película: “lo todo lo que necesitamos: un par de cigarros, una taza de café y un poquito de conversación. Vos, yo, y cinco mangos (you and me and five bucks)” o que la respuesta a todos los interrogantes esta en el interior de un enorme caracol rosado “no hay ningún sentido, sólo un sordo vacío existencial”.
Lejos de los adolescentes que fuimos pero emocionalmente inmaduros aun, resulta que ahora nosotros pertenecemos a los “generación Y”, una generación que según lo que dice la todopoderosa Internet, somos chicos mimados, y desafiantes por nuestra excesiva información sobre todo, materialistas, somos los que no pedimos permiso sino que “informamos”, que no tenemos ideales, que vimos nacer la Internet, los teléfonos celulares y sus mensajes de texto pero que terminamos siendo analfabetos y estupidos a la hora de escribir un examen o de expresarnos públicamente, en algunos casos ( ver: chicas de entre 14 y 17 años, se identifican con mochilitas pequeñas en la espalda, perlas de plástico en el cuello, estrellas de colores como aros y un flequillo negro y a “lo bala” en sus cabecitas).
A decir verdad, todos estos conceptos culturales como “generación X, Y, Z…” y que determinan un cierto tipo de consumo, y que como tales describen un periodo cultural, no son más que un invento para saber los hábitos de consumo de cada generación. La generación X tiene mucho más que ver conmigo, aunque es cierto que yo no soy Winona Ryder, ni esto es una película. Pero ella es un chica transita los 20, con sus problemas, sus planteos, sus necesidades, sus dudas, sus miedos sobre todo al amor; y estos no son diferentes a los míos. Que cambien las modas, los recursos estéticos o la forma de producir, no quiere decir que los de 20 y tantos seamos diferentes en cada generación.
Hoy todo lo que necesito es un par de cigarros, una taza de café y un poquito de conversación. Vos, yo, y cinco mangos……..