¿Qué nos pasa?
¿Las mujeres estamos todas locas? ¿Qué nos pasa?
Todos los que me conozcan y sigan mis comentarios saben que últimamente insisto con el hecho de que las mujeres (o por menos las cercanas) comienzan/comenzamos a ver a los sapos como príncipes azules. ¿A qué se debe?
Hasta hace un tiempo (y aún hoy lo hacemos) nos quejamos por la falta de hombres, es muy común escucharnos decir “no hay hombres”. Hombres presentables. El problema radica en que estamos comenzando a considerar casos improbables como una posibilidad. Es grave?
Se me ocurren varias razones:
#1 la soledad misma y el deseo de encontrar algún compañero, nos arroja hacia lo primero que tenemos cerca…como ese compañerito de curso o amigo de la vida, al que en momentos menos desesperados no consideraríamos.
#2 el hecho de no levantar ni polvo genera resignación y nos conformamos con lo que tenemos a mano.
#3 estamos trastornadas y no nos habíamos dado cuenta hasta ahora.
#4 realmente ese tipo feo, o insoportable, o pesado, o aburrido, o demasiado amigo, o lo que fuera…nos gusta!!
La soledad, el deseo de compartir, la resignación, la desesperación, la locura, cualquiera puede ser una posibilidad. Pero no nos olvidemos que tampoco nosotras somos princesas.
No creo que sea un problema que nos gusten los sapos, le problema es que nos guste solo por lo solas o desesperadas que estamos. Puede ser solo efecto de nuestra situación y no ser real, por lo que no sería justo.
Pero para ser sincera…al fin y al cabo los príncipes azules no existen, y suele ser mas autentico el ogro del pantano. El chico perfecto en el fondo tiene tantos defectos como cualquiera, o es un cobarde que no nos merece o es alguien que simplemente nunca se fijará en nosotros. El chico ideal puede ser perfectamente un sapo…no seamos hipócritas con eso.
Deberíamos dejar de idealizar tanto, de perseguir modelos que en el fondo nada tiene que ver con lo que nosotras queremos, deberíamos dejar los prejuicios (si lo acepto!, No me retes) de lado, deberíamos comenzar a ser mas tolerantes con ellos y con nosotras mismas, y quizás así dejaríamos de estar tan solas.
Que nos guste alguien que pensábamos que nunca nos gustaría no tiene nada de malo. Somos más genuinos cuando encontramos la belleza y el deseo en lo cotidiano, cuando los defectos de la otra persona nos gustan, cuando olvidamos los prejuicios y nos acordamos de nuestros defectos, cuando somos sinceros con nuestros propios sentimientos, no nos mintamos a nosotros mismos. De esa manera el beso mágico convertirá a ese sapo en el más encantador y precioso príncipe que vendrá a salvarnos de nuestra locura y soledad.
Pero vuelvo al principio de todo esto, el problema no son los sapos, el problema son los espejismo que vemos en el camino.
Todos los que me conozcan y sigan mis comentarios saben que últimamente insisto con el hecho de que las mujeres (o por menos las cercanas) comienzan/comenzamos a ver a los sapos como príncipes azules. ¿A qué se debe?
Hasta hace un tiempo (y aún hoy lo hacemos) nos quejamos por la falta de hombres, es muy común escucharnos decir “no hay hombres”. Hombres presentables. El problema radica en que estamos comenzando a considerar casos improbables como una posibilidad. Es grave?
Se me ocurren varias razones:
#1 la soledad misma y el deseo de encontrar algún compañero, nos arroja hacia lo primero que tenemos cerca…como ese compañerito de curso o amigo de la vida, al que en momentos menos desesperados no consideraríamos.
#2 el hecho de no levantar ni polvo genera resignación y nos conformamos con lo que tenemos a mano.
#3 estamos trastornadas y no nos habíamos dado cuenta hasta ahora.
#4 realmente ese tipo feo, o insoportable, o pesado, o aburrido, o demasiado amigo, o lo que fuera…nos gusta!!
La soledad, el deseo de compartir, la resignación, la desesperación, la locura, cualquiera puede ser una posibilidad. Pero no nos olvidemos que tampoco nosotras somos princesas.
No creo que sea un problema que nos gusten los sapos, le problema es que nos guste solo por lo solas o desesperadas que estamos. Puede ser solo efecto de nuestra situación y no ser real, por lo que no sería justo.
Pero para ser sincera…al fin y al cabo los príncipes azules no existen, y suele ser mas autentico el ogro del pantano. El chico perfecto en el fondo tiene tantos defectos como cualquiera, o es un cobarde que no nos merece o es alguien que simplemente nunca se fijará en nosotros. El chico ideal puede ser perfectamente un sapo…no seamos hipócritas con eso.
Deberíamos dejar de idealizar tanto, de perseguir modelos que en el fondo nada tiene que ver con lo que nosotras queremos, deberíamos dejar los prejuicios (si lo acepto!, No me retes) de lado, deberíamos comenzar a ser mas tolerantes con ellos y con nosotras mismas, y quizás así dejaríamos de estar tan solas.
Que nos guste alguien que pensábamos que nunca nos gustaría no tiene nada de malo. Somos más genuinos cuando encontramos la belleza y el deseo en lo cotidiano, cuando los defectos de la otra persona nos gustan, cuando olvidamos los prejuicios y nos acordamos de nuestros defectos, cuando somos sinceros con nuestros propios sentimientos, no nos mintamos a nosotros mismos. De esa manera el beso mágico convertirá a ese sapo en el más encantador y precioso príncipe que vendrá a salvarnos de nuestra locura y soledad.
Pero vuelvo al principio de todo esto, el problema no son los sapos, el problema son los espejismo que vemos en el camino.
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