De la indecisión al aburrimiento

Leyendo la Ñ me dieron ganas de escribir, y también de leer, sobre todo el libro de Fabián Casas, porque si es tan bueno como lo que escribe en Mal Elemento, seguro vale la pena. Hace mucho que no escribo, y estoy un poco dura, pero espero que verano me haya servido para poner un poco la cabeza en remojo. Pero igual es al pedo, porque ya hace dos semanas que estoy estudiando y estoy hinchada las pelotas! Quiero que sea diciembre! De nuevo!!! Pero sin los turrones y los maníes. Sin embargo esto de estar un poco gorda es la excusa perfecta para tener que ir todas las tardes a caminar por el Parque España, donde la pre-temporada esta a full; aunque los muchachos con la remera del Stade Français lean 40 hojas en dos días y el ataque de risa nos haga olvidar de nuestra misión.
Durante el verano anduve por todos los estados, la indecisión, el aburrimiento, la reflexión, el recuerdo y la nostalgia, la magia, la incomodidad y la comodidad de mi casa, etc…la verdad es que me canse de ver televisión y de molestar a mis perros con exageradas muestra de todo mi afecto. Por esos días pensaba en la triste vida de mi vecina; a veces el pueblo, desde la perspectiva donde nos ubica nos deja ver las miserias humanas con más fuerza, como así también exalta las cosas buenas. También pensaba en el niño que me gustaba cuando tenia 6 años, en sus ojos claros que variaban entre el azul y el verde según los días, y en su vida de freak, y en lo que se ha convertido, y en las aventuras en las que se embarcara. Al fin parece que la vida es un jardín de senderos que se bifurcan. Nos vamos lejos, muy lejos y solo a estando a una casa de distancia.
Por esos días también cumplí años, esta vez me dolió; la verdad es que me parecen poco felices los cumpleaños. Primero que me gustaba mucho el número que paso, y después que no me gusta para nada el que vendrá el año que viene. Pero parece que no me queda otra que resignarme. Resignarme a un montón de cosas que no me gustan. No quiero crecer, no estoy lista…je!
El verano sigue dándome para pensar y la verdad lo que me preocupa es mi puta indecisión. Siempre es lo mismo, cada vez que tengo que comprarme ropa o sobre todo zapatos es la misma historia. Puedo estar días (si, días!) visitando todas las zapaterías buscando, para que dos días después que me compre esas benditas zapatillas, me perezcan aburridas y horribles, sintiéndome decepcionada por mi adquisición. Lo mismo que cuando compro ropa, doy vueltas y vueltas para elegir un remera, que cuando me la ponga y me mire al espejo me de cuenta de lo aburrida e insulsa que es. Y así mi mayor problema es que paso de la indecisión al aburrimiento todo el tiempo. Igual, lo peorrr sería que quisiera casarme, como quiere una que yo conozco.
Quizás cuando sepa que quiero, las cosas sean menos aburridas. Pero por ahora solo quiero Ensayos bonsái, el libro de Casa, seguro que no me voy a aburrir. No, no.