¿Qué le paso a Sarah Jessica Parker en la cara?

¿Qué le paso a Sarah Jessica Parker en la cara?? Vendió su alma por unos Manolo Blahnik (y eso se le nota). Sex and the City nunca fue de lo mejor pero ahora solo es un desfile de marcas, puro marketing publicitario. Dorado, bling bling, mucho signo US$, mal gusto y superficialidad. Ese “espectáculo de ropas y mascaras vacías”. Beautiful, Dirty, Rich canta la Gaga (Lady), una mercenaria del sistema, una de las personas más “influyentes” del mundo. Ídolo adolescente (sic). Ella, Poker face.
Berger habla sobre los locutores, pero para el caso ellas son lo mismo, muchos años le llevo al sistema inventarlos y enseñarles esa forma de hablar. Vender. No pensar. Apariencias, refracciones del apetito de más. Las apariencias no son volátiles, las apariencias lo son todo. La innovación tecnológica permite separar lo aparente de lo existente, y lo aparente se magnifica hacia dimensiones insospechadas. Se repite, se comparte, se globaliza.
Hay una primacía de la imagen, como dice Sartori, la preponderancia de lo visible sobre lo inteligible, que lleva a la gente a ver sin entender. La formación de la opinión pública por los medios de comunicación a través de sus imágenes y sus discursos “vacíos”. La manipulación, la conformación de Homo Videns de Sartori. Influyendo y afectando peligrosamente nuestro sistema político. Quizás suene exagerado, pero es un villano silencioso oculto tras caras bonitas y carteras Louis Vuitton; “la televisión se exhibe como portavoz de una opinión pública que en realidad es el eco de regreso de la propia voz”.
Lo peligroso ya es palpable en la calle. Ya no hay jóvenes que quieran hacer la revolución, cambiar el mundo, hacer de este un lugar mejor; sólo quieren el último celular, la última ropa, el último disco de Lady Gaga. Si bien este nunca ha sido un mundo mejor, lo triste, lo preocupante, es que quizás ahora a nadie le importa ya cambiarlo. ¿Qué ocurre cuando ya no hay necesidad de cambiar las cosas? Cuando el sistema enajena. ¿Qué esperanza nos queda? ¿Qué pasa con la memoria de los que dieron la vida por cambiar las cosas?
Cientos años de historia cultura, social y política. De las pinturas rupestres al renacimiento, del arte flamenco de Jan van Eyck a la Marilyn de Warhol, de Carmina Burana a David Bowie, de San Agustín a Habermas. Son cientos de años de guerras, de luchas sociales, de libertades obtenidas, de derechos ganados, de sueños conquistados. ¿Todo para qué?
Suena un poco apocalíptico, lo sé. Pero tal vez sea hora de detenernos a pensar hacia dónde vamos, hacia dónde nos lleva el estado actual de las cosas, hacia dónde queremos ir y hacia dónde deberíamos ir. No es el sistema, no son las imágenes, ni las apariencias, ni lo locutores de cartón, somos todos nosotros. “En el zaguán hay un espejo, que fielmente duplica las apariencias”, pero que serían los espejos y las apariencias sin nosotros…